Invertir en I+D: Apostando por la Innovación del Mañana

La inversión en investigación y desarrollo (I+D) se alza como el pilar fundamental para diseñar un futuro próspero y sostenible. España ha experimentado un cambio transformador en el ámbito científico gracias al incremento sostenido de los recursos destinados a innovación. En un contexto global de alta competencia, consolidar un ecosistema vigoroso de I+D es esencial tanto para la economía como para la sociedad, generando empleo cualificado y soluciones de largo plazo.

El tejido empresarial, las universidades y las administraciones públicas están alineados en una visión compartida de progreso. Este artículo desglosa las cifras clave, los retos estratégicos y las perspectivas de futuro para que todo actor involucrado pueda tomar decisiones fundamentadas y ambiciosas.

Crecimiento y cifras clave

Entre 2020 y 2025, el presupuesto español destinado a I+D se ha multiplicado por 2,5, pasando de 7.069 a 17.797 millones de euros. El gasto total entre 2018 y 2023 aumentó un 49,7%, alcanzando los 22.379 millones en 2023, y en 2024 se registró un máximo histórico de inversión en I+D con 23.931 millones.

En proporción al PIB, la inversión pasó del 1,49% en 2023 al 1,50% en 2024, con previsiones de escalar hasta el 1,56% en 2024. Este avance ha logrado una brecha con Europa reducida significativamente, situando a España entre los países de la UE con mayor impulso relativo de su economía innovadora.

Objetivos y retos de la estrategia nacional

La Estrategia Española de Ciencia, Tecnología e Innovación (EECTI) 2021-2027 fija como meta alcanzar un 2,12% del PIB en I+D para 2027. No obstante, estudios de la Fundación Cotec estiman que, si se mantiene la tasa de crecimiento media del 6,9% anual, solo se llegará al 1,59%.

• Para aproximarse al objetivo, se requieren tasas de crecimiento cercanas al 17% anual.
• Serían necesarios entre 14.234 y 15.189 millones de euros adicionales al sistema.

Este escenario implica un desafío de objetivo ambicioso para el 2027 que demandará una alineación sin precedentes entre todos los agentes del ecosistema innovador.

El papel de los fondos europeos y nacionales

El Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) ha sido catalizador de esta aceleración. En 2023, el 35% de los recursos del MRR se destinó a I+D+I, consolidando a España como uno de los países que más aprovechan los fondos europeos en este ámbito.

Por otro lado, los fondos nacionales no se han quedado atrás: han crecido un 20,5% desde 2020, alcanzando los 8.930 millones de euros en 2025, lo que evidencia un compromiso estatal reforzado con la innovación.

Evolución Temporal y Tendencias

La inversión en I+D ha registrado crecimientos continuos durante más de diez años, aportando estabilidad y previsibilidad al ecosistema científico.

• Aumento del 50% entre 2018 y 2024
• Crecimiento del 6,9% en 2024 respecto a 2023
• Cuarto mayor incremento anual desde el año 2000

Este patrón de crecimiento sostenido de una década consolida a España como un actor fiable y en expansión en el mapa global de la innovación.

Distribución sectorial y regional

El sector privado ha superado los niveles previos a 2008, con un incremento del 60% desde entonces, consolidándose como el principal motor de la innovación.

En 2024, el sector público alcanzó una inversión de 10.526 millones, un 49% más que en 2010, aunque aún por debajo del 0,67% del PIB que se registró antes de los recortes.

• Navarra: lideró con un 39,5% más de inversión
• Madrid: creció un 14,3%, representando el 56% del aumento total
• Otras regiones destacadas: Galicia, Aragón y Asturias

Perspectivas de futuro

En un contexto de crecimiento del PIB nominal del 6,2% en 2024, España ocupa el puesto 29 en el Índice Mundial de Innovación 2025. Este posicionamiento muestra oportunidades claras de mejora y expansión internacional de nuestras capacidades tecnológicas.

El Gobierno destina más de 1.220 millones de euros a la retención de talento investigador altamente calificado, clave para garantizar el desarrollo de proyectos de vanguardia y la transferencia efectiva de conocimiento al tejido productivo.

Conclusión: Hacia un futuro innovador

La trayectoria de España en I+D+I demuestra que la apuesta por la investigación es la semilla de un crecimiento inclusivo y sostenible. Mantener este ritmo de inversión y reforzar la colaboración entre el sector público y privado permitirá construir un futuro sostenible y competitivo a escala global.

La innovación no es un lujo, sino una necesidad. Cada euro invertido en I+D impulsa nuevos descubrimientos, mejora la calidad de vida y fortalece la posición de España en el escenario internacional. El momento de actuar es ahora; juntos, haremos realidad la innovación del mañana.